
Una chica americana escribió una de las más bellas poesías de amor de los últimos tiempos. La tituló: «Lo que no hiciste» ¿Te acuerdas del día en que te pedí prestado el coche nuevo y lo dejé hecho un acordeón? Pensé que me matarías, pero no me dijiste una palabra. ¿Te acuerdas del día en que te hice ir casi a rastras conmigo hasta la playa y tú decías que iba a llover, y llovió? Pensé que ibas a decir: « ¡Te lo había dicho!», pero no lo dijiste. ¿Recuerdas aquella vez en que yo coqueteaba con todos para darte celos, y tú te pusiste celoso? Creí que ibas a dejarme, pero no lo hiciste. ¿Te acuerdas cuando se me cayó la tarta de fresas sobre la tapicería nueva de tu coche? Temí que ibas a gritarme: « ¡Idiota! ¡Inútil!», pero no lo hiciste. ¿Y te acuerdas de aquel día en que me olvidé decirte que la fiesta era en traje de etiqueta y tú te presentaste con vaqueros? Temí que ibas a ponerme de vuelta y media, pero no lo hiciste. Sí, hay tantas cosas que no hiciste. Pero tenías paciencia conmigo, y por encima de todo me querías y estabas siempre de mi parte.
REFLEXIÓN: Señor, con razón dice la Biblia que Tú eres AMOR: no hay cosa mejor que el amor. No hay cosa que nos dé más fuerza y más ganas de ayudar a los demás que sentirnos amados. Y hablando de amor, Señor, tenemos que darte gracias por nuestros padres, nuestros profesores y nuestros amigos. Y tenemos que pedirte por tanta gente que no conoce el amor: huérfanos, ancianos, emigrantes, encarcelados: que al menos nosotros los amemos.
