
Una oveja descubrió un agujero en la cerca del redil y se escabulló a través de él. Estaba feliz de haber escapado. Anduvo errando mucho tiempo hasta que se perdió y acabó desorientada.
Entonces se dio cuenta de que estaba siendo seguida por un lobo. Echó a correr y a correr… Pero el lobo seguía persiguiéndola… Por una de esas casualidades de la vida, el pastor la vio, la salvó del lobo y la condujo de nuevo, con todo cariño al redil.
Al enterarse de lo sucedido, todo el vecindario le insistía al pastor en que reparara el agujero de la cerca, pero él se negó.
(El canto del pájaro, p. 198)
REFLEXIÓN: ¿Crees que las personas debemos aprender a vivir en libertad? ¿En qué nos equivocamos a veces? ¿Has hecho daño a alguien (familia, hermano, amigo…) al abusar de tu libertad?
Jesús: el pastor, como tú haces, prefiere que sus ovejas se escapen, usando su libre voluntad a tenerlas en el rebaño a la fuerza. Eso sí que es una prueba de cariño auténtico y de querer nuestro bien, aunque sea a costa de tu sufrimiento. Gracias, Señor, por darnos la libertad y respetárnosla. Te pedimos por los que, abusando de su libertad, hacen daño a los otros.
