975-223344 correo@electroni.co

La ignorancia del cuervo

Creo que la experiencia más humana y más consoladora a la vez, pasa por reconocer delante de otra persona nuestra fragilidad y debilidad y experimentar el perdón y el abrazo del otro.
Recibir la ceniza es manifestar públicamente la voluntad de convertirse. Eso sólo puede pasar por la Humildad. Que no humillación, humildad como la capacidad de hacer verdad en nuestra vida, de reconocer que no siempre llegamos a todo, de reconocernos necesitados de otros y de Dios. La ceniza que recibimos al comenzar la cuaresma, simboliza ese SÍ, LO SIENTO, no lo hice bien aquí y contigo, pero quiero intentarlo de nuevo y que me aceptes desde y con lo que soy. 
Esta invitación hoy, una vez más, es a encontrarnos con un Dios que acompaña, levanta y perdona siempre

LA IGNORANCIA DEL CUERVO

Un águila echándose sobre un cordero lo arrebató en sus garras, lo cual viéndolo el cuervo, quiso hacer lo mismo, y echando a volar con mucha velocidad, se dejó caer sobre el cordero más gordo que vio en el rebaño, para llevárselo como el águila, pero enredó sus uñas en la lana, y no pudiendo levantar el cordero ni desenredarse, quedó allí preso, y corriendo a él el pastor, le cogió, y cortándole las alas, lo dio a los muchachos para jugar. En tal estado le preguntaron algunos qué ave era, y el cuervo les respondió: En cuanto al pensamiento fui águila, pero ahora conozco bien que soy cuervo.                                                                                                                                        

(Esopo)

 REFLEXIÓN: ¿Te conoces bien a ti mismo? ¿Alguna vez has actuado como el ignorante cuervo? ¿Qué podríamos hacer para ayudar a esas personas que se creen superiores e incluso desprecian a los demás? ¿Y cómo podríamos ayudar a los que tienen una autoestima por los suelos?          

Ayúdanos, Jesús, a conocernos siempre bien, para que no nos pase como al cuervo que se creyó águila y terminó mal. Hay algunos que se creen valer más de lo que valen y fracasan en lo que emprenden. Y otros que están acomplejados y no desarrollan todas sus posibilidades. Te pedimos, Señor, por nuestros padres y maestros, para que les des luz y valentía, a fin de que nos puedan ayudar a conocernos bien y a hacer rendir los valores que Tú has puesto en cada uno de nosotros, sin orgullo y sin complejos de inferioridad.

Padre nuestro…