Virginia, Mónica y Alina, se han juntado la tarde del viernes pasado para preparar juntas el mapa de los países de la Unión Europea que el profesor de sociales les ha pedido para el martes de esta semana. Las tres se alegran de tener que hacer este trabajo en grupo, no porque hacer el mapa les agrade demasiado, sino porque les gusta juntarse para estudiar y, de paso, hablar de tantas otras cosas… Además para Alina, poder contar con la ayuda de estas dos amigas es un alivio, ya que aunque habla ya el español, todavía le cuesta expresarse bien y, Mónica y Virginia son su mejor apoyo para superar los problemas de estudio y de adaptación al país; «si no hubiera sido por ellas, piensa Alina, no habría podido aprobar los exámenes de esta segunda evaluación».
Virginia y Mónica, por su parte, también recuerdan aquel recreo en que Alina, a tan solo una semana de haber venido de Rumania, se encontraba sola en el patio sin poder hablar con nadie. A ambas les dio un poco de pena verla tan sola y se preguntaron cómo podrían ayudarla y hacerse amigas suyas. A Virginia se le ocurrió que, aunque fuera difícil entablar una conversación con ella, quizá podrían comenzar acercándose a Alina y hacerle preguntas sencillas sobre cómo se encontraba en España y los primeros días pasados en el instituto.
Hoy se sienten felices de tener esta nueva amiga y de haber sacrificado parte de su tiempo para estar con Alina y ayudarla a resolver las pequeñas dificultades del idioma y el estudio. Además, la llegada de Alina ha fortalecido su amistad y les ha servido para esforzarse también ellas más en el estudio y sacar mejores resultados que nunca en los exámenes.
REFLEXIÓN:
¿Tú cómo ayudas a aquellos que están contigo?
