
La Semana Santa – viernes
¿Habéis oído hablar alguna vez de la famosa Semana Santa de Sevilla? Seguramente habréis tenido la oportunidad de verla en televisión: Procesiones gigantescas, calle arriba, calle abajo, con las imágenes llamadas “pasos”. La mayoría de estas imágenes toman como motivo principal la pasión de Jesús: Jesús con la cruz, Jesús flagelado, el encuentro de Jesús con su madre… Con estas imágenes se recuerda la pasión y muerte de Jesús.
Estas procesiones se hacen sobre todo en Viernes Santo. ¿Por qué? Pues porque el viernes se conmemoran la pasión y muerte de Jesús. Es un día triste y dramático.
Este día se suelen hacer dos celebraciones en la iglesia. Una por la mañana, el Via crucis o camino de la cruz. Se recuerda el camino que hizo Jesús con la cruz a cuestas, hasta la crucifixión y la muerte. La segunda se hace por la tarde, se recuerda la muerte de Jesús.
En esta celebración tan especial la iglesia suele aparecer vacía de adornos y se recuerdan los últimos momentos de Jesús. Se entonan cánticos tristes y la mesa del altar queda desprovista del paño que la suele cubrir, queriendo expresar la muerte. No se dice misa. Se dicen oraciones y se lee el evangelio, recordando lo que los antiguos profetas decían en referencia al Mesías.
Así de triste es el Viernes Santo. Además, es día de ayuno. Ayunar ha sido en la tradición un signo de limpiar el corazón, el alma. También el privarse de comer carne, considerado durante siglos en nuestro entorno un alimento “de lujo”. Por eso en los viernes de Cuaresma no se suele comer carne.
Buenos días.
