
La hormiguita había trabajado muy duro aquel verano juntando afanosamente los granos de trigo y de cebada y llevándolos a su despensa, con más esfuerzo todavía, para alimentarse en invierno.
La cigarra, que se pasaba el día cantando, le dijo:
-¡Ay, hija, no paras de trabajar! ¿Por qué no cantas conmigo? Lo tuyo no es vida.
-Mi trabajo es mi vida – replicó la hormiga.
Naturalmente la cigarra no la comprendió. Pero al llegar el invierno, muerta de hambre y a punto de morir, fue a visitar a la hormiga para pedirle alimento. La hormiga le dijo.
- Si hubieras trabajado en verano, grandísima perezosa, no tendría ahora que mendigar. ¿Por qué no cantas mientras yo como?
¿Cuáles son las cualidades de la hormiga y la cigarra?
¿Cómo o sentís ahora, cigarras u hormigas?
Seremos como hormigas si…..
Seremos como cigarras si….

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