La literatura puede ser un medio profundo de conexión espiritual. Leer es también una forma de oración: un diálogo interior que despierta la fe, la reflexión y el alma.
«Muchas veces me ha pasado eso: luchar incesantemente contra un obstáculo que me impide hacer algo que juzgo necesario o conveniente, aceptar con rabia la derrota y finalmente, un tiempo después, comprobar que el destino tenía razón».
«El túnel»,
Ernesto Sabato


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