La magia de la amistad está dentro de nosotros y sabios son los que se percatan que la amistad se cultiva, se
riega, se abona, se asolea y se protege…..Una vez que crece y es fuerte, pueden pasar años de silencio, océanos
de distancia y con un simple encuentro se aviva, como si no hubiese pasado ni un día de ausencias.
¿Habrá sensación más agradable que una charla entre amigos? Nosotros envejecemos, pero a la amistad no le
pasa el tiempo. Todos los estudios respecto al buen vivir, resaltan la importancia de compartir con amigos. Yo
no se si cura los males del cuerpo, lo que si tengo certeza es que es lo mejor para el alma. Y….el cuerpo se
“alinea” con el alma.
Recordar cualquier etapa de la vida, con amigos, reír, dialogar y compartir sus alegrías y tristezas, es sin duda la
mejor terapia y una sensación sublime del espíritu. El abrazo fraternal de un amigo, es únicamente comparable
al abrazo de los hijos o de los nietos.
Da gracias a DIOS y a la vida por haberte dado la fortuna de contar con amigos como los que tienes, con sus
virtudes y defectos, con encuentros y desencuentros, con silencios y palabras. Sentir lo que siento cuando
estoy o se de ellos, es un componente especial de la sal de mi existencia. Siempre he pensado que nuestro
paso por esta vida se aligera porque existe el sentimiento virtuoso de la amistad.