Había una vez un niño bajito que quería crecer para no ser chiquitito. Y creció y creció hasta que, con la cabeza, en el cielo dio.
Entonces pensó:
“No quiero ser tan alto porque, cada vez que estornudo, a las nubes espanto. Además los aviones se estrellan en mis cejas y el sol me quema las orejas”.
Y comenzó otra vez a hacerse bajito, bajito y se quedó más pequeño que los mosquitos.
Entonces pensó:
“No quiero ser tan bajo porque cuando camino me pisan todos los escarabajos. Además se me mete la hierba en los ojos y cuando llueve con una sola gota me mojo”.
Así que decidió ser como era y que de esa manera todo el mundo le quisiera.
Y preguntó a la gente, y la gente le contestó: “Todos te queremos porque eres el mejor”.
Y eso le gustó, y se puso muy contento y fue muy feliz desde ese momento.
Así que, recuérdalo bien, tienes que quererte, disfrutar de cómo eres y compartirlo con la gente.