Calasanz escribió como la idea central de toda su obra educadora estas palabras: “Si los niños son educados diligentemente, desde su más tierna infancia, en la piedad y en las letras, se puede esperar, con toda seguridad, un feliz transcurso de toda su vida”.
Gracias, Señor, por el ejemplo de San José de Calasanz, que tanto amó a los niños y jóvenes y tanto confió en ellos. Que algunos de nosotros sintamos tu llamada para hacernos escolapios y continuar su trabajo en favor de los niños y jóvenes de esos países de Misión, donde no hay quien enseñe que tú amas a todos y quien ayude al desarrollo de esos pueblos pobres.
PADRE NUESTRO