Lector 1: Señor, a veces parece que no hemos
comprendido bien lo que significa atesorar,
almacenar, hacer planes.
Buscamos una y otra vez el modo de amontonar
Para depositar y tener para un mañana,
Intentando buscar por todos los medios
estar seguros que todo lo tendremos
tal como lo pensamos.

Lector 2: Y vivimos, nos movemos y trabajamos
duro para conseguirlo.
Hoy, Señor nos pones sin dudarlo, otro modelo de atesorar.
Un modelo donde ya entran otros estilos de vida,
otras formas de ver y de planteárnoslo todo.
Hoy nos avisas que de nada sirve amontonar en la tierra
sin tenerte en cuenta a Ti,
sin tenerte en cuenta en los más pobres;
sin tenerte en cuenta en nuestras decisiones,
en nuestros planes.

Lector 3: Hoy nos quieres iglesia en camino, unida.
Iglesia pobre, sencilla, amable, misericordiosa,
cercana, austera, que abraza, que consuela,
que da oportunidades, que reza, que ama de verdad.

Lector 4: Y que, de ese modo,
porque Tú estás en el centro,
vamos almacenando juntos el gran tesoro en el cielo,
que no es otro que el vivir de Tu Presencia para siempre,
en la eternidad: una eternidad que ya ha empezó a existir
desde la creación y también desde tu creación y la mía.

Todos: Enséñanos, Señor, a atesorar
en el cielo y en la tierra.