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LUNES

CALASANZ: después de más de 400 años, sus escolapios siguen multiplicando vida…

Calasanz siempre se lamentaba en sus cartas por no poder atender todas las peticiones  que recibía desde toda Europa para que abriera en diferentes países sus escuelas. En poco tiempo se hicieron muy famosas y conocidas. Calasanz supo contagiar y hacer ver a  gobiernos y príncipes de la época, que si se educaba a los niños, su nación y el mundo mejoraría en todos los aspectos. Así que no era extraño que recibiera muchas peticiones, que no podía atender, pues estas eran tantas que no tenía escolapios suficientes para mandarlos a todos los lugares que le pedían. Por eso Calasanz sufría mucho y trabajaba para tener más escolapios, y así poder atender a más niños pobres y necesitados.

Uno de los primeros escolapios fue el joven Glicerio Landriani, era de Milán y fue a Roma. Pronto conoció a Calasanz y sus escuelas. Fue junto con otros cinco amigos, era el año 1612. Él quedó maravillado de las Escuela Pías, tanto que se hizo escolapio muy joven, y con el dinero que tenía ayudó a comprar la casa donde se daría clase a los niños, y donde vivió y murió Calasanz (S. Pantaleo). Fue un gran catequista y un joven muy bondadoso, un gran escolapio.

Lo mismo sucede hoy. Los escolapios estamos en más de 35 regiones del mundo, y nos llegan muchas peticiones de lugares muy pobres donde quieren una escuela. La última petición que se ha podido atender este año es en una región de Bolivia (Uncía), donde los niños no tenían una escuela. Otros escolapios están pensando en fundar en África, en Asia (Indonesia y Vietnam)… Así que hoy tenemos el mismo problema que Calasanz, no llegamos a las llamadas que nos hacen, hacen falta más escolapios para llegar a más países y a los niños sin escuela.

Hoy vamos a orar y pedir por las vocaciones escolapias, para que haya jóvenes que al ver la obra de Calasanz se unan a esta tarea tan bonita y necesaria.

 

GURE AITA