Son las seis de la mañana y el sol parece brillar más que nunca sobre el poblado de Basan. Ensimba da un salto de la cama y corre a mirar, de nuevo, la pequeña bolsa de golosinas de colores que dejó anoche preparada para llevarla al recreo del colegio.
Es la primera vez que ha tenido una bolsa de golosinas en sus manos. Se llevó una gran alegría cuando ayer, al volver su papá de vender unos productos de la huerta en la ciudad de Basangungu, le sorprendió con este apetitoso regalo por sus 9 años recién cumplidos. Al principio iba a abrir enseguida la bolsa, pero después pensó que sería mejor hacerlo después de enseñárselas a sus amigas del colegio.
Cuando termina de asearse da un beso a sus padres y hermanos de tres, dos y un año y sale deprisa para la escuela.