
María dijo:
—Proclama mi alma la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su esclava y en adelante me felicitarán todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho proezas, (…) derriba del trono a los poderosos y ensalza a los humildes, colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos.
(Evangelio de Lucas, 1, 27-33)
Señor Jesús: Tu madre nos dice algo increíble: que los sencillos, los humildes, los que no tienen poder, son los primeros para Dios. Ayúdanos a ser capaces de hacer silencio en nuestro corazón y vivir con sencillez, para comprender este secreto que tú ofreces a todas las personas. Te pedimos por las víctimas de tantas injusticias y por esos poderosos que fomentan la guerra.
