
ORACIÓN: Señor, Tú esperas una entrega completa de mí y a veces estoy dispuesto a realizarla. Tu gracia me empuja por dentro y en esos momentos todo me parece fácil. Pero bien pronto me planto, dudo. Me doy cuenta de lo que tengo que dejar y sacrificar y me asusto y me echo para atrás. Dame fuerzas para ser decidido y valiente. (J. Lebret)
Parábola del sembrador. Del evangelio de San Mateo 13, 3-9.
Decía Jesús: “Una vez salió un sembrador a sembrar. Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino, vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura la tierra, pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinos; crecieron los espinos y las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. El que tenga oídos, que oiga”.
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Pasas horas en escuchar música, jugar con la video-consola, ver la tv… No escatimas tiempo para escoger tu ropa. No te pones nervioso en la peluquería. ¿Por qué dedicas tan poco tiempo al “cuidado” de tu corazón?
Si vives sólo “de cara a la galería”, si únicamente te interesas por las apariencias, por la compostura, por la reputación,… entonces tu felicidad está supeditada a una balanza de azares externos; entonces hoy eres feliz y mañana desgraciado; hoy estás de buen humor y mañana deprimido.Entra en ti mismo. Trabaja “hacia adentro”, en lo más profundo de tu corazón. Allí habitan los sentimientos y los deseos que te preocupan, que te impulsen a salir de ti mismo y que te pueden hacer inmensamente feliz.
