
Yavhé dijo a Abran: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Y se fue Abran, como Yavhé le había dicho; y Lot fue con él. Y era Abran de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Tomó, pues, Abran a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.
Y pasó Abran por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta la encina de Moré; y el cananeo estaba entonces en la tierra. Y apareció Jehová a Abran, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Yavhé, quien se le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Yavhé, e invocó el nombre de Jehová. Y Abran partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev. Y no te llamarán más Abran, sino que será tu nombre Abrahám, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
Reflexiones: Dios siempre llama a personas para unas tareas determinadas. ¿Para qué llama a Abrahám? ¿Abrahám necesita muchos razonamientos de Dios o se deja convencer enseguida? Se trata, pues, de fiarse. Abrahám se fía de Dios y por eso enseguida hace caso. ¡Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre!. Si tú fueras llamado por Dios ¿qué le responderías? ¿Tal vez serías confiado en Dios como Abrahám? ¿Te llama Dios para algo?
Oración: Jesús: Me dices en tu evangelio: «La mies es mucha y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies para que envíe trabajadores a sus campos». Por eso, te pedimos que mires con bondad a los niños y jóvenes de nuestra ciudad que no te conocen; que enciendas en nuestros corazones deseos de ser mejores y de comprometernos con nuestra fe; que crezca el número de profesores cristianos y de escolapios y escolapias dedicados a la educación de la juventud.
Padre nuestro…
