Decía un Maestro a sus discípulos:
— Un hombre bueno es aquél que trata a los otros como a él le gustaría ser
tratado. Un hombre generoso es aquél que trata a otros mejor de lo que él espera
ser tratado. Un hombre sabio es aquél que sabe cómo él y otros deberían ser
tratados, de qué modo y hasta qué punto. Todo el mundo debería ir a través de las
tres fases tipificadas por estos tres hombres.
Alguien le preguntó:
— ¿Qué es mejor: ser bueno, generoso o sabio?
— Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser bueno o generoso.
Estás obligado a hacer lo que es necesario.
Para reflexionar y compartir:
¿Qué es para ti una persona buena
y en qué se parece al que describe el maestro en el texto?
¿Qué características te reconoce como una persona buena?