La literatura puede ser un medio profundo de conexión espiritual. Leer es también una forma de oración: un diálogo interior que despierta la fe, la reflexión y el alma.
“Remonté un río acompañado por un viento agradable, en busca de nuevas tierras, nuevas gentes, nuevas ideas”
H. D. Thoreau (‘Musketaquid’)

