
Para ser crítico, no todo vale. Es necesario educarnos cada día en ser más libres para saber elegir aquello que MÁS nos construye como personas, aquello que más nos lleva a la auténtica felicidad. Ser crítico exige libertad para elegir lo que me hace solidario, justo, honesto y servicial.
Un amor y un servicio que se aprenden desde el colegio, en la manera de relacionarnos, en las experiencias de cada día en la clase. Las actividades que hagamos en el curso… han de ser llamadas a revisar nuestras vidas y construirlas desde el amor y el servicio.
En un mundo en el que muchos se han quedado sin caminos hacia Dios, elegir vivir desde el amor y el servicio, será la manera más clara para descubrir a Dios, alabarle y servirle.
