Cuando se marcharon los sabios, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
—Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. Se levantó, todavía de noche, tomó al niño y a su madre y partió hacia Egipto, donde residió hasta la muerte de Herodes. (…)
Entonces Herodes, al verse burlado por los sabios, se enfureció mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores; según el tiempo que había averiguado por los sabios.
(Mt 2,13-16)
Jesús y sus padres fueron emigrantes.
Como hoy muchos millones de personas en el mundo.
Muchas personas tienen que huir de sus países por la persecución o el hambre.
Muchos poderosos cometían y cometen barbaridades para mantener su poder.
Pidamos a Dios por todos ellos, y por las personas que les acogen, y por las que les deberían acoger mejor. Y por las personas que provocan la emigración, para que escuchen a Dios y no solo a sí mismos.
