Estos días estamos recordando de forma especial a un tipo de voluntarios: los misioneros. Son personas que dejan su casa y su familia para ir a lugares de otros países donde llevan buenas noticias: la palabra de Dios llena de buenas obras. 12.000 de ellos, son españoles.
Se trata de religiosas/os, sacerdotes… y también jóvenes, que van a países lejanos a anunciar el evangelio y a ayudar a los pobres, compartiendo su vida: idioma, costumbres, ritos, formas de ver la realidad… Los misioneros viven como hermanos de todos, sobre todo de los más pobres por amor a Dios y a las personas…
A menudo sufren persecución y asesinatos. Actualmente viven en situaciones de grave riesgo en varios países del mundo: Timor, Somalia, Sierra Leona, Rwanda, Eritrea, Angola, Mozambique, Bangladesh, Guatemala… En muchos casos son los últimos en abandonar la zona en peligro, o muchas veces ni siquiera la abandonan, poniendo en riesgo su vida.
Pero, aunque no tengan riesgo de muerte violenta, lo dejan todo para ir a ayudar a las personas de las que nadie más se acuerda. Hoy la iglesia en el mundo atiende a muchas obras de promoción para los más pobres:
6.000 hospitales y centros terminales.
15.520 ambulatorios.
760 leproserías.
67.000 centros educativos y de formación: jardines de infancia, colegios, institutos, universidades, aulas de formación de adultos, talleres de formación profesional.
8.000 orfanatos y residencias de ancianos…
y más de 1.000 centros de misión en todo el mundo.
Tengamos hoy un recuerdo y una oración por todos estos misioneros y por las personas a las que atienden.