Jesús nos dice:
“Dichosos los pobres, porque el reinado de Dios les pertenece.
Dichosos los que ahora pasáis hambre, porque seréis saciados.
Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
(…)
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya recibís vuestro consuelo.
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque pasaréis hambre”.
(Lc 6, 20-21.24-25)
- ¿Te has sentido alguna vez pobre, o débil, o con dificultades? ¿Te sientes ahora así? Si es así, Jesús te invita a tener esperanza.
- ¿Conoces alguna persona que lo pasa mal en este sentido? Pues vamos a hacer un momento de silencio para acordarnos de esa persona.
- ¿Conoces a alguien que se muestra orgulloso/a de sus cualidades o posesiones?
Pues vamos a pedir por ella, para se den cuenta de que no compartir es una injusticia.