Gracias, Señor,
porque escogiste a José de Calasanz
para que dedicara su vida
a la educación de niños y jóvenes.
Gracias, Señor,
porque Calasanz respondió a tu llamada
y atendió a los niños pobres y abandonados.
Gracias, Señor,
porque Calasanz y sus seguidores
han hecho de la escuela
un lugar donde nosotros
crezcamos como personas.