Había una madre que no conseguía que su hijo pequeño dejara de jugar y
regresara a casa antes del anochecer. De modo, que para asustarle, le dijo que el camino que llevaba a su casa era frecuentado por unos espíritus que salían tan pronto como se ponía el sol.
Desde aquel momento ya no tuvo problemas para hacer regresar al hijo temprano a casa.
Pero, cuando creció, el muchacho tenía tanto miedo a la oscuridad y a los espíritus, que no había modo de sacarle de su casa por la noche. Entonces, su madre le dio una medalla y le convenció de que, mientras la llevara consigo los espíritus no podrían hacerle ningún daño Ahora el muchacho ya no tiene miedo alguno a adentrarse en la oscuridad fuertemente asido a su medalla.
¿Qué “medalla” utilizas tú para afrontar tus miedos?
¿Qué dificultades recuerdas que tuviste alguna vez, pero gracias a tu valentía o a la ayuda de los demás has conseguido superar? Explícalas.