Bienvenidos y bienvenidas al colegio. Bienvenidos a este nuevo curso y a esta nueva etapa que ahora iniciáis. Quiero comenzar deseándote que tengas un buen curso. Un buen curso a nivel de calificaciones (querrá decir que has aprovechado bien los estudios), y también a nivel de madurez personal.
El tiempo de verano nos ha permitido descansar, disfrutar con cosas nuevas, hacer nuevas relaciones y tal vez viajar. Me alegro de que te haya ido bien el descanso y las vacaciones.
En estos primeros buenos días del año, quiero recordarte que tú eres una persona valiosa; más aún, extraordinaria. Pero que sólo el tiempo hará que des lo mejor que llevas dentro. Ello quiere decir, que necesitas la ayuda de otros, sobre todo de adultos, que sepan dar forma a esa joya en bruto que tú eres. Tus padres y tus educadores son esa clase de personas a las que nos referimos. Confía en ellos, en sus palabras; aguanta porque igual son un poco pesados; pero no dudes en que tú eres la razón de su vida y de su trabajo.
Antes de comenzar este día, os recomiendo que deis un repaso a vuestras caras y vuestros nombres: tal vez, alguno haya cambiado de aspecto, o sea nuevo en el grupo. Haced el esfuerzo de acogeros mutuamente, de daros todos la bienvenida, porque las aventuras sólo salen bien si se hacen con amigos.
Y hablando de amigos, ya sabes que tienes uno al que necesitas especialmente. Es Jesús, y habita en tu interior. Pídele fuerza para comenzar bien el curso, para superar cuantas dificultades surjan en el camino. El cuenta contigo, y con todos, para dar un vuelco al mundo, y hacerlo distinto: más humano. Buen curso amigo. Bienvenido de nuevo a tu casa.
GURE AITA