
Venimos con las manos abiertas
ante Ti, Jesús, para ofrecerte
todo lo que somos y tenemos.
Queremos ser sencillos como Tú,
claros y limpios como el mar,
transparentes y sin engaños.
Que podamos caminar cada día
sin falsedad, sin temor a ser rechazados,
sabiendo que Tú nos quieres
tal y como somos.
