«TODO UN MUNDO POR EXPLORAR»
El sexto planeta estaba habitado por un anciano que escribía grandes libros.
-¡Andá, un explorador! -exclamó cuando divisó al principito.
Éste se sentó sobre la mesa y reposó un poco. ¡Había viajado ya tanto!
-¿De dónde vienes tú? -le preguntó el anciano.
-¿Qué libro es ese tan grande? -preguntó a su vez el principito-. ¿Qué hace usted aquí?
-Soy geógrafo -dijo el anciano.
-¿Y qué es un geógrafo?
-Es un sabio que sabe dónde están los mares, los ríos, las ciudades, las montañas y los desiertos.
-Eso es muy interesante -dijo el principito-. ¡Y es un verdadero oficio!
Dirigió una mirada a su alrededor sobre el planeta del geógrafo; nunca había visto un planeta tan majestuoso.
-Es muy hermoso su planeta. ¿Hay océanos aquí?
-No puedo saberlo -dijo el geógrafo.
-¡Ah! (El principito se sintió decepcionado). ¿Y montañas?
-No puedo saberlo -repitió el geógrafo.
-¿Y ciudades, ríos y desiertos?
-Tampoco puedo saberlo.
-¡Pero usted es geógrafo!
-Exactamente -dijo el geógrafo-, pero no soy explorador.
(Antoine De Saint-Exupery, El Principito)
REFLEXIÓN:
A veces no es suficiente aprender las cosas de memoria. El auténtico aprendizaje viene de la mano de la experiencia. Para ser explorador, tendrás que abandonar tu “rincón” y empezar a caminar. Tendrás que arriesgarte y perder tus “seguridades”.
PADRE NUESTRO