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MARTES

Lucas estaba muy contento. Era víspera de Navidad el día del nacimiento de Jesús y el día en que a muchas casas llegaba Papa Noel o se adelantaban los pajes de los Reyes Magos a entregar sus regalos como todos los años.

Con sus cinco añitos, esperaba ansiosamente el caer de la noche, para volver a dormir y espiar la puerta, pues no tenía árbol de Navidad. Se durmió muy tarde, para ver si conseguía descubrir algo, pero como el sueño era mayor que su voluntad, se durmió profundamente.

En la mañana de Navidad, observó que no había regalo alguno en toda su casa. Su padre desempleado, con los ojos llenos de lágrimas, observaba atentamente a su hijo, y esperaba tomar coraje para hablarle, y con mucho dolor en el corazón lo llama:

– Lucas, hijo mío, ven aquí! ¿Qué ocurre?

– Se  olvidaron de mí…

Hablando de eso, Lucas abraza a su padre y al rato le dice:

– ¿Él también se olvidó de ti, papá?

– No hijo mío. El mejor regalo que yo podría haber tenido en la vida está en mis brazos, y tranquilo pues yo sé que nos e olvidaron de ti en este día especial de Navidad en elque celebramos el cumpleaños del Niño Jesús.
– Pero los demás niños del barrio están jugando con sus regalos… Se olvidó de nuestra casa.

– No se olvidó… El regalo te está abrazando ahora y va a llevarte a uno de los mejores paseos.

Y así fueron a un parque y Lucas jugó con su padre durante todo el día. Llegando a casa muy cansado, Lucas fue para su cuarto y «escribió» una carta:

«Querido Papá Noel/pajes de los Magos de Oriente, yo sé que es demasiado tarde para pedir alguna cosa, pero quiero agradecer el regalo que me diste. Deseo que el resto de las Navidades, hagas que mi padre olvide sus problemas y que él pueda distraerse conmigo, pasando una tarde maravillosa como la de hoy. Gracias por este día, porque descubrí que no es con juguetes con que somos felices, y sí con el verdadero sentimiento que está dentro de nosotros, que el señor despierta en las Navidades. Lucas.»

Y se fue a dormir.

Entrando al cuarto para dar las buenas noches a su hijo, el padre de Lucas vio la cartita y a partir de ese día, no dejó que sus problemas afectasen la felicidad de ellos y comenzó a hacer que todos los días fuesen Navidad para ambos.

Si un niño de cinco años, consiguió percibir que los mejores regalos que se pueden recibir no son materiales… ¿por qué nosotros no hacemos lo mismo? Que todos hagamos que cada día sea una Navidad, valorando la Amistad, el cariño, la generosidad y todos los buenos sentimientos que existen dentro de nosotros.

Al final, las cosas que más valoramos en esta vida, son los sentimientos, los recuerdos que quedarán guardadas en nuestros corazones, ¿verdad?