Cierra los ojos con mucha, mucha fuerza. Todo está oscuro
Tápate los oídos. Todo es silencio.
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que existiese el mundo, todo estaba oscuro, todo era silencio.
No había gente… Ni pájaros, Ni animales.
Entonces Dios habló:
¡Qué haya luz!¡Que exista el día!¡Que haya un sol que brille!
Y llegó la luz.
¡Y la luz era buena!
Dios dejo la oscuridad para la noche. Y creó la luna y las estrellas para que brillaran en la oscuridad.
Aquello también era bueno.
Y creo Dios el cielo, la tierra, el mar, las plantas, las flores árboles y cosas buenas para comer. Y después los animales, y así llego el bullicio:
Pío, pío, guau, guau. Hía, hía…
Pero Dios aún no había terminado de hacer las cosas.
El hermoso y nuevo mundo que Dios había creado necesitaba gente: gente que pudiera cuidarlo, gente para disfrutarlo. Gente que pudiera pensar y sentir, como Dios, y que también pudiera hacer cosas.
Por eso, Dios creo la primera mujer y el primer hombre.
Y todo era bueno, y Dios estaba muy contento.
Comenzamos un nuevo curso, Gracias Padre Dios, por habernos creado, por regalarnos la naturaleza, por nuestros compañeros, por el colegio… por todas las cosas buenas que nos das. Que las disfrutemos y cuidemos. Muchas gracias.